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Mostrando entradas de septiembre, 2024

Sobremesa cafetera

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Le suena el teléfono mientras le sirven su café. Lo ignora, el teléfono, se concentra en la taza humeante. Pone azúcar, medio sobrecito, revuelve. El teléfono sigue sonando. Da un primer sorbo y lo deja, pone más dulce. Mira el teléfono, que no para de sonar. Contesta. No habla. Cuelga. Vuelve a su café. Juega con la cuchara. La deja. Toma otro sorbo, mira al infinito y toma el teléfono. Marca. Saluda. Dice suavemente que el día se levantó otra vez gris y con algo de lluvia, pero que en la mañana el ambiente mejoró y no hace mucho frío. Guarda silencio, asiente. Tiene voz amable, pero parece aburrido. Me concentro en mi capuchino, en el dibujo que han hecho en la espuma que no quiero dañar. La conversación me llega. Responde que sí a algo, que estuvo con alguien ayer, buscando risas que no encuentra, alegrías que se escapan. Sigue sin norte ni brújula. Pruebo mi café, tiene ese sabor dulce de la leche de soya, está bastante bien y, por supuesto, no pongo azúcar. Me trae recuerdos. Olvi...

Pies descalzos

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Sentir la tierra bajo los pies, al natural y en pijama. Una mañana de domingo con la paz que llega después de la lluvia, cuando cesa el sonido tranquilo del agua, con el frío que invade y, curiosamente, también abriga. La magia atravesando los sentidos después de un desayuno colorido, un café cargado y muchos abrazos de buenos días. La increíble sensación de que todo brilla porque el ambiente, aunque muy gris, resplandece… ha sido el breve invierno arrojando un poco de luz, qué paradoja. Será porque sigo con la respiración lenta y despreocupada porque es finde y poco quiero hacer, en realidad nada mas allá que abandonarme al hedonismo y al descanso en mi pequeño paraíso.    

Profundidad

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Más allá de la ventana el cielo blanco El campo amplio, el verde fangoso, las ramas empapadas y Las flores caídas en el suelo El sonido acompasado a lo largo de la tarde fría Viendo la quietud de los arbustos Por fin ha llegado la lluvia, lenta y anhelada...  

Estupendo, pero también extraño y oscuro

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La mezcla de los días.  Empecé en insomnio, pasé a pesadilla, luego un mal sueño, voy con despertares intermitentes, queda esperanza tal vez, quizá logre dormir dulcemente... No me entusiasmo demasiado, pero podría ser. Ojalá. Estar estar.  Por una pequeña fracción de tiempo, bajo un mar de luz todo se quedó tranquilo. El viento suspendido, los pájaros en silencio. Y en cada flor, magia.  En la mesa de al lado.  Después de la brevedad del encuentro y de una conversación llena de digresiones y reflexiones, llega un espacio de silencio y ante la ausencia de pensamientos y palabras el sentimiento brota y crece. Eso que fueron, lo que son y lo que tal vez sean se funde en el reflejo de un sentir que vuelve en medio de la sombra y surgen las más absurdas e inexplicables emociones. De nada sirven. Y sin embargo, es necesario dejarlas ser. Viendo películas.  Volví a Mubi. Vi  Tenemos que hablar de Kevin , sabía de qué se trataba, quería leer e...

Con calma y aplomo

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Me sigue gustando escribir así́ que aquí́ estoy, aunque no escriba cosas nuevas .  Se me escaparon unos días de la semana. No alcancé a dejar el rastro diario y ya llegamos a domingo. Veamos si recuerdo algo… al menos mis reflexiones de los últimos días. Empezaré por lo más reciente y veré qué tal va la memoria. Desayuno para dos . Ayer, después de exámenes varios, cita médica, breve caminata, y mientras él joven empezaba preicfes, compartimos un desayuno de campeones: Tostadas con aguacate, huevos en su punto, pancakes de auyama, café y mucha fruta. Un ratito para nosotros, un ratito de hacer planes y disfrutarlos desde ya… y son a largo plazo.  Todo muy top.  Después de trámites de banco, que por fin funcionaron, y de un almuerzo frugal, tuve plan de bolirana.  Una jornada de lanzamientos inútiles y desalineados acompañada bebidas varias y diversas. Cantaron y nos reímos porque sí, porque por qué no, fue divertido. Llegó un triunfo de última hora porque ...

Pinceladas del día

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Por más que quiera, no todo en la vida es querer. Bueno, aunque la verdad verdadera es que tampoco quiero mucho. Sin embargo, hago como si nada, pero en realidad es como si todo. Hay asuntos que cambian el transcurrir irremediablemente, asuntos que marcan un antes y un después, que obligan a pensar en qué habría pasado si... me lo planteo, siento curiosidad. No la despejo, no puedo, ya estuvo. Lo que sí sé es que con el tiempo he ido adoptando ciertas rutinas que me mantienen a flote y que ayudan a transitar la vida, en especial en los últimos meses. Todo dependerá de la forma en que vea el día y lo acepte. Total, no importa, hay amor, siento un poco de sol y la luz se filtra tras la persiana. Procuraré que no se me note mucho la pereza... Aunque hoy estuvo todo tan intenso y apresurado que no hubo espacio para el aburrimiento.  ___ Y aunque mi arrebato literario no tiene cabida en el espacio laboral, surgen palabras mientras me concentro en la ventana y estructuro un comunicado co...

Y un día ya puedes conducir

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Puedes, aunque no quieres. Pero la vida va en serio desde hace más, desde aquella mañana de lunes. La mañana, el frío antes de entrar a la sala de cirugía, el calor intenso después. Vernos, reconocernos por primera vez. Tu papá y su mirada incrédula, su pánico por sostenerte, el afecto inmenso. Eras mini, muy blanco, después te teñiste un poco y en breve tuviste mi color. De allí vienes, de un amor intenso, de este cuerpo enérgico que todavía no reconoce el paso del tiempo, y de nuestras historias a las que cada vez les sumas más las tuyas. Y ahora, aunque estás impregnado un poco de todo lo que te rodea, sigues siendo aquel ser de mirada encantadora con ojos chispeantes, sonrisa alegre, imaginación maravillosa y pequeños matices familiares innegables. Pero a salvo, nada de qué preocuparse.  Y si, cumpliste un año más. Uno de despliegue de brillantez y gracia. Uno en el que te volviste fanático del cine, de las películas de terror y más fanático del metal y de sus más pesadas deriv...

Adaptación y resistencia

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Otra semana que se esfuma… sorprende lo rápido que pasan los días, lo breve que se siente el tiempo.  Estos días de septiembre fueron ligeros, intenté tomarlos con calma, procuré, sin éxito, no pensar en que estoy cediendo a la domesticación, abandonando mi libertad, pero no le di tanta importancia, creo. Intento todavía combatir la sensación de provisionalidad y ahí voy, manteniendo el esfuerzo e incluso agradeciendo, a veces… son las decisiones y mirado desde lejos, no parece mal, el asunto es que lo veo de cerca, pero bueno. En los kilómetros de la semana rocé con mi mirada a los personajes del camino, identifiqué relaciones y ambigüedades, fueron pasos con historias, imágenes, sonidos particulares. Creo que la gente es linda a veces, sonríen y todo parece estar bien, pero hay de todo, vidas ciertamente complejas y atormentadas. Veo cada vez más seres durmiendo en los andenes, algunas veces acompañados de perros mejor arropados que ellos mismos. Los perros casi siempre están des...

Conviene matizar

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Salir, cerrar la puerta, dejar atrás la comodidad y el abrigo. Evitar el ascensor, correr por la escalera. Cruzar un par de palabras con el portero. Mirar al suelo, el andén, las hojas. La irregularidad que empieza a asomar. La gente que pasa veloz, los que adelantamos a mi paso corto, los que cambian de andén. Sentir un poquito de sol matutino y avanzar en la ruta, en la conversación de esto y lo otro, del cine y las bandas, de las responsabilidades. La despedida.  Seguir el camino de silencio en medio de los sonidos urbanos. El de los autos y los buses con la velocidad a media marcha. El de las motos ruidosas, las bicis rápidas y las scooter desenfrenadas. Permanecer en mi universo paralelo. Procurar el gozo infinito y el disfrute de las cosas simples de la vida. Percibir las imágenes reflexivas, mi propia mirada. La misma que ignora muchos seres que se mimetizan hasta que el espanto acude. Los ojos, que me miran de manera fija y penetrante, del roedor qu...

Desvíos de mediodía

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Vaya a saber uno, unos pasos más y una posible inflexión del destino, por eso estirar la pausa y deambular un poco. Percibir con rapidez algunos destellos de colores no está mal, avanzar despreocupada y ajena a la rutina y a la obligación me pone contenta, me gusta la sensación de ir por la vida sin orden y sin miedo. En el camino encuentro almas perdidas y otras muchas muy ligeras, es difícil estar en soledad en la ciudad -es solo un decir-. Sin embargo, creo que paso, más o menos, desapercibida, la gente va a su ritmo, uno casi siempre circular, y creo que no reparan un segundo en mi. Yo, en cambio, los miro a todos, todos los que alcanzo con mi mirada, aunque veo cada vez menos siguen siendo muchos. Creen comprender la vida, con sus ilusiones y su rudeza, aunque percibo dudas ocasionales, miradas que ponen resistencia y no puedo calificarlas con exactitud, las de aquellos que parecen buscar respuestas imposibles. Son muchos y diversos, imagino que tendría conversaciones muy distinta...

Acá, aquí, ahora

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Primer momento. Despierto, paso a la mesa medio dormida, pero feliz. Primero el par de huevos y el trozo de pan, luego el café, la fruta, más café, más fruta, le hago siesta al desayuno, cinco minutos nada más. Me aplico un poco de exfoliante que deja la piel fantástica, me ducho rápido, me pongo aceites y cremas, omito el espejo, salgo, desvarío, recibo aire, camino, y antes de que las preocupaciones se instalen les reduzco su espacio para que comiencen a evaporarse. La mañana. Afanes exagerados e irrelevantes. Sentires de arrepentimiento, descorazonador quizá, por un instante. El brillo del sol que deriva al disfrute, a la alegría. La atmósfera calma, la sencillez del encuentro casual. El mediodía. Me resistí, lo intenté, pero luego pensé que quizás sería mejor ceder al impulso y abandonarme de una vez... estaban horneando brownies, sentí el aroma, di vía libre al deseo. Me gusta quedarme en la terraza un segundo o el tiempo que sea. Me traen café, lo saboreo, una tarea que exige len...

Una especie de limbo

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Nostalgia ocasional, parece que transcurre otro tiempo, uno en el que los pensamientos vagan en movimiento entre pastos altos en un camino embarrado. El reflejo se asoma en los charcos que son como espejos y el frío cala muy hondo cuando la sombra lo inunda todo. Un espeluznante recuerdo me llena de voces fantasmales porque me cruzo con las miradas de paseantes desconocidos. Llego a lugares nuevos e inimaginables y aparece cierta incomodidad conmigo por esas angustiosas sensaciones del encierro a cielo abierto, esas que hacen que surja el estremecimiento y también una perturbadora y brutal sensación que altera el orden establecido y desentraña la necesidad de ser yo misma, con todas mis contradicciones y ridiculeces. No sé qué y no sé cuándo, pero algún día en algún lugar.

Sigo aquí

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Asumí el nuevo escenario. Una realidad simple y rotunda, mientras la gente se pone en movimiento, aquí estoy, procurando que todo dé un poco igual, dándole paso a la domesticación progresiva…. Pero con ganas de futuro, esperando el aire libre y la vida que merezco en mi pequeño paraíso. Mientras tanto el mediodía y su libertad, un rato ignorando el reloj, mi pequeña rebeldía fuera de acá. Después garabatear dibujitos sin propósito, rayas, puntos, espirales. Trazar líneas me relaja cuando invento historias que no escribo y evado asuntos trascendentales. Pd. Se acabó el paro. La ciudad inmóvil, el país derrumbándose y esas calles tan caóticas en tensa calma en la semana.  

Delirante

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El cielo sin una nube o con todas a la vez. El exceso de horas al sol. El cerro que no siempre es el mismo, el amanecer que cada día tiene su toque, la caída del sol que un día es naranja, otra rosa, otra como le da la gana. Nosotros que despertamos pálidos y a media mañana estamos morenos, o rojos; los árboles que a merced del viento tienen su movimiento, su olor, su forma de estar. El camino por los días y los meses que cansa. El movimiento que no puede detenerse. Quererse ir, pero quedarse. Avanzar sin dejar de subir y subir. La necesidad de disfrutar el camino. Las mariposas al vuelo, las ilusiones, los deseos que llegan en las noches oscuras. Seguir las huellas para evitar tropiezos. Estar, permanecer entre lo vivido y lo imaginado y encontrar una nueva verdad. Creerla. Dar la cara, saberlo todo, pero no conocer nada. Desajustarse para reencontrarse. Percibir la vida desde otro ángulo y dejar que la rueda siga.

Oscilo indecisa

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Con una simple mirada Todo vuelve a ser rarísimo   El misterio de una palabra La interpretación de un gesto El azar que fluye con el momento La escena cotidiana que cambia de color El recuerdo encantado que llega fugaz El hilo que acompaña el sentido que encuentro El susurro que se alcanza cuando la distancia se instala La inquietante emoción de la coincidencia sublime El baile en la mirada que atrapa la risa Los instantes diminutos que se vuelven infinitos El tiempo que se ensancha con las sensaciones profundas El vértigo íntimo que acompaña el abrazo próximo El deseo que surge inmenso y absoluto Todavía soy esa persona Como siempre Pero un poco más hoy

Recalibrar expectativas

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Me siento incapaz a veces de adquirir la comprensión necesaria para hacer lo que se requiere cuando no encuentro sentido a lo que piden, porque sí, porque a alguien se le ocurrió. Hacer frente al poco tiempo disponible y a las circunstancias del día a día hace que surja la impotencia y con ella la necesidad del equilibrio. Busco entonces la atmósfera precisa, la conversación nutritiva, el espacio de la ciudad que me gusta y lo mezclo con imaginación infinita para fabular por instantes. Hay momentos en los que esa clase de terapia me sirve. De todas maneras, me aburro, pero desde luego que no iré a ningún lado. O eso me digo porque me lo quiero creer, sin embargo, no dejo de preguntarme si llegaré con esto a alguna parte. Me inquieta permanecer para no llegar a nada. En la agudeza de los episodios de aburrimiento o de incomprensión pienso que así será para siempre, que la vida laboral que queda de ahora en adelante será tediosa y lánguida. Me frustra el asunto. Recorro mi propia exp...

La espera

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En un instante que se asoma las horas parecen insustanciales y los minutos se desgastan, se deshacen, llenándose de un presente que preferiría borrar… o colorear de un ayer vibrante. El pensamiento vaga, sigue vagando y vuelve irreconocible esa promesa de futuro pendiente con detalles que se olvidan, pero también con recuerdos que insisten en permanecer, en silenciar el caos, memorias que aguardan su momento para devolvernos a ese entonces en el que éramos infinitos. Estamos aquí, uno frente al otro, pero estamos borrosos, estamos aquí, reconociendo nuestras miradas, pero seguimos sin vernos, ha sido solo un encuentro que no se cumple, un encuentro fracasado. Nos reencontramos y nos despedimos. Te echaré de menos, o no.

En cien palabras

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Un trozo de esta vida en un domingo de frambuesas con chocolate El cansancio acumulado • El despertar perezoso • La resistencia para salir de la cama • La suavidad en la mirada de Pancho • La soledad silenciosa • La ternura en el abrazo del joven • Su camisa que me parece súper cómoda • La hora de ir por un arreglo de uñas • Las risas • El antojo por el olor del almuerzo • La magia del postre • La brisa en la cara • La tarde fabulando con la mente bien ajardinada • Los planes del futuro cercano • El orden natural • Los sueños fugaces • El sentido de cada elemento  •