Pies descalzos
Sentir
la tierra bajo los pies, al natural y en pijama. Una mañana de domingo con la
paz que llega después de la lluvia, cuando cesa el sonido tranquilo del agua,
con el frío que invade y, curiosamente, también abriga. La magia atravesando
los sentidos después de un desayuno colorido, un café cargado y muchos abrazos
de buenos días. La increíble sensación de que todo brilla porque el ambiente,
aunque muy gris, resplandece… ha sido el breve invierno arrojando un poco de
luz, qué paradoja. Será porque sigo con la respiración lenta y despreocupada
porque es finde y poco quiero hacer, en realidad nada mas allá que abandonarme
al hedonismo y al descanso en mi pequeño paraíso.
Comentarios
Publicar un comentario