Estupendo, pero también extraño y oscuro

La mezcla de los días. Empecé en insomnio, pasé a pesadilla, luego un mal sueño, voy con despertares intermitentes, queda esperanza tal vez, quizá logre dormir dulcemente... No me entusiasmo demasiado, pero podría ser. Ojalá.

Estar estar. Por una pequeña fracción de tiempo, bajo un mar de luz todo se quedó tranquilo. El viento suspendido, los pájaros en silencio. Y en cada flor, magia. 

En la mesa de al lado. Después de la brevedad del encuentro y de una conversación llena de digresiones y reflexiones, llega un espacio de silencio y ante la ausencia de pensamientos y palabras el sentimiento brota y crece. Eso que fueron, lo que son y lo que tal vez sean se funde en el reflejo de un sentir que vuelve en medio de la sombra y surgen las más absurdas e inexplicables emociones. De nada sirven. Y sin embargo, es necesario dejarlas ser.

Viendo películas. Volví a Mubi. Vi Tenemos que hablar de Kevin, sabía de qué se trataba, quería leer el libro y me encontré la peli. Algo de pavor me produjo. Fue eso y no todo lo otro que se supone debía ser la maternidad.

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