Delirante

El cielo sin una nube o con todas a la vez. El exceso de horas al sol. El cerro que no siempre es el mismo, el amanecer que cada día tiene su toque, la caída del sol que un día es naranja, otra rosa, otra como le da la gana. Nosotros que despertamos pálidos y a media mañana estamos morenos, o rojos; los árboles que a merced del viento tienen su movimiento, su olor, su forma de estar. El camino por los días y los meses que cansa. El movimiento que no puede detenerse. Quererse ir, pero quedarse. Avanzar sin dejar de subir y subir. La necesidad de disfrutar el camino. Las mariposas al vuelo, las ilusiones, los deseos que llegan en las noches oscuras. Seguir las huellas para evitar tropiezos. Estar, permanecer entre lo vivido y lo imaginado y encontrar una nueva verdad. Creerla. Dar la cara, saberlo todo, pero no conocer nada. Desajustarse para reencontrarse. Percibir la vida desde otro ángulo y dejar que la rueda siga.


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