Inquietante

¡Quién lo diría! Se veía muy lejano, pero ya son 42. No queda más que alzar las copas, brindar, ser feliz y disfrutar. Cierro los ojos y me veo sonriente porque cumplía cinco.  A dónde se habrán ido tantos días acumulados desde ese entonces; muchos de risas y alegría, los que más; otros de irresponsabilidad y ligereza, muy pocos ahora que lo pienso; algunos de preocupación y aburrimiento, nunca faltan. Lo que me entusiasma de mis recuerdos es la emoción con la que esperaba mi cumple, pasa el tiempo y el asunto no cambia, será cuestión de actitud, supongo, seguir con el corazón dispuesto.

Llegados a este punto, alzo mi copa y brindo: Salud por la libertad que me regalan tantos años bien vividos, por la vida misma que quiero seguir disfrutando, por el privilegio de esta existencia contenta y por el ahora que es lo que tengo. Quiero varios años más, acompañada y querida como ha sido siempre, pero estoy preparada para un día a la vez y ¡brindo por eso!

Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―