El tiempo pasa

Los años siguen su curso y yo sigo igual de imperfecta. Un espíritu disperso que con frecuencia se horroriza con la humanidad, pero se maravilla también con lo que tiene cerca. 
Estar alrededor de los cuarenta, o por ahí, con una vida sin mayores contratiempos, en equilibrio, no deja de generar un tanto de inseguridad y también de temores ocasionales. Tengo claro que quejarse no lleva a ningún lado, así que elijo sentirme alegre, viva y libre.  No sé cuál será mi próximo paso y aunque a veces me gustaría salir volando, literal, aprovecharé mis esporádicos instantes de lucidez para tomar las mejores decisiones sin desaprovechar lo que la vida me ofrece. 

Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―