De campeonato

El plan del sábado fue el campeonato nacional de Taekwondo.  Llenos de entusiasmo acompañamos al peque en su ansiada participación. Tres competencias en las que estaba dispuesto a divertirse y a entregar lo mejor de sí. Quizá logró sus dos propósitos pero no triunfó en ninguno de sus actos… Un tanto de frustración y fastidio se apoderaron de él, pero por fortuna, la situación se superó por su equipo, estuvieron contentos; los chiquis se llevan bien y se ayudan, hay apoyo y ánimo permanente, sacan fuerzas para que a todos les vaya bien, son compañeros de verdad.

Cada competencia estuvo llena de emoción, desde la espera, que es bastante larga, hasta la victoria o la derrota, hubo intensidad total y así lo vivieron los niños y sus entrenadores, con autocontrol y sobreponiéndose a los resultados, se relajaron y disfrutaron la jornada.
Una experiencia más en la vida del peque que deja lecciones. Se requiere esfuerzo y dedicación constante y en el deporte como en la vida, siempre habrá algunos que lo hagan mejor, pero lo importante es participar y seguir motivado en lo que realmente le gusta. El peque esperaba otros resultados, por supuesto, pero mantiene la esperanza para la próxima vez, con la ilusión y la fuerza requerida, sigue en pie para la siguiente oportunidad.
  

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Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―