Recuerdos y vericuetos

Lo que marzo nos dejó además de sus amaneceres oscuros y los múltiples días de lluvia: mucho ruido, muchas pelis, muchos pasos, tipos diferentes de personas, nuevos restaurantes, mucha cafeína, muchos vinos. Se fue el mes con sus celebraciones, cumpleaños varios, encuentros, paseos. Un poco de todo, como siempre: La algarabía del nuevo vecindario . Saturación de sonidos, también de sensaciones. He estado abocada sin remedio a una nueva rutina acelerada y ruidosa, a la suma de olores nauseabundos: marihuana mezclada con chorizos y muchas frituras. El trabajo de ahora en el centro. La sede es una casa, grande y antigua. Bonita. Estar allí, en los alrededores, se ha convertido en una epopeya al ritmo insostenible de la vida diaria, en calles que parecen cada vez más estrechas. Me siento entre eufórica y exhausta casi siempre… Me pregunto si seré capaz de escapar de la espiral de este caos repetitivo y “musical”, o si me daré por vencida. Más peliculeros que siempre. Estuvimos en cine...