Después de festivo

La ropa empezaba a apretar, pero me hacía la loca, cualquier excusa servía, hasta que el jueves mi pantalón estalló, finalmente se rompió con un ruido sordo, la cremallera saltó por los aires y ya no hubo más que hacer, tuve que aceptarlo. Gramo a gramo mi cuerpo se ensancha un poco más cada día. Pero hoy, después del puente, llego con la intención de detenerlo. Vamos a ver si logro frenar este in crescendo que parece tan fácil de alimentar con las delicias que encuentro. Si no resulta, pues no será. Pero quiero que sea. 

Lo dejo anotado a ver si es más fácil de materializar, menos complejo, a ver si al menos lo recuerdo. Vaya manera de comenzar semana por acá, pero es que si no lleno de cotidianidad las entradas me voy por las ramas, me da por reflexionar, pensar, divagar y pfff, qué cansancio. Mi gusto por la frivolidad y lo efímero también tiene cabida en estas páginas. Faltaría más.

Ah, pero hay algo más. Me enteré de la aprobación de mi trabajo de grado, al menos pasa a Comisión Evaluadora.  Me pone contenta el asunto, no eufórica, pero sí tranquila. Ah y también vi, como medio planeta, Adolescencia, también me agobié con el tema, qué doloroso y qué increíbles actuaciones. 



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