Despedida al aire libre
De la luz intensa de una mañana primaveral, pasando
por el gris repentino en un mediodía lluvioso, al atardecer veraniego con el
sol brillante. Así, en medio de un clima que no se decidía, hicimos pausa. El
tiempo de los correos, chats, teams y de los informes se detuvo. Nos reunimos
en el campo. Una suma de personalidades, gustos, orígenes, maneras de hablar,
de callar, y muchas formas de entender la vida… diversidad e inclusión en
pequeña escala.
Fue maravilloso tener un pequeño cambio de escenario,
fue estupendo recibirlos en mi casa. Fue un adiós sentido… desde el abrazo, las
palabras sinceras, el aplauso.
Mucho tiempo compartido, muchas cosas dichas, puntos
de vista diversos, entender que funcionamos, sentimos, reaccionamos de manera
diferente. Navegar la adversidad,
atravesar la pandemia, resistirnos a la presencialidad, ordenar, categorizar.
Conversar para intentar mejores decisiones. Con mayor o menor acierto
trabajamos siempre procurando lo mejor… y con seguridad seguiremos así, pero
extrañando.
Se acabó una etapa divertida y exigente en la que percibimos siempre la pasión por un proyecto que se asumió y se cuidó como propio. Advertimos el tiempo dedicado y las ganas de hacer las cosas bien en cada tarea. Entendimos que las jornadas interminables tenían un propósito y que en aquellos días con el viento en contra teníamos que mantenernos a flote y lo hicimos…