Hacía dentro

Como en primavera floreciente, disfruté una tarde del lento discurrir de las horas, embargada por un sentimiento de plenitud en mi caminata después de la sobremesa. Una ligera sonrisa en los labios y dejar pasar el tiempo en un lento y apacible viaje introspectivo. El tiempo, la vida, sus circunstancias, abandonada a la fantasía, a los sueños, a los recuerdos… un par de horas observando el entorno, en medio de reflexiones de todo tipo. 

Con frecuencia me basta con saber que el cielo es mágico, que las montañas se iluminan con la luz del sol, que las flores enriquecen la vida con color. La naturaleza a veces me hace sentir un poco más feliz.



Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―