Recapitulando abril
Otro
mes que llega a su fin con algunas cosas que quedaron por ahí y que bien vale
recordar.
Fui al teatro. Un vez más acudí al Teatro Petra, en esta ocasión
para ver allí el estreno de “Cuando estallan las paredes”: Un retrato muy
nuestro con interpretaciones brillantes y una muy buena dirección. La
escenografía, la ambientación, las emociones que genera: todo me encantó. Un poco de luz, el escenario cerca, muy intimo y con mucho talento. Instantes vibrantes, como aquel en el que la
bala salió, el arma sonó y el corazón tembló. Con estallidos de risas o llantos
que sorprenden al publico sin excepción.
Asistir a este tipo de obras,
donde la violencia se presenta de manera sutil, a veces con humor negro,
nos recuerda lo que hemos vivido y de lo que debemos huir como sociedad. Ese
acontecer dramático con el que crecimos, tiene que desaparecer.
Se acabó el sabático. Mis meses de
retiro terminaron. Los anhelé, sentí la
necesidad imperante de hacer una pausa y aproveché la coyuntura. A veces hay
que cambiar de rumbo y en algunas ocasiones se puede, así que lo programé:
resultó un tanto más largo, pero estuvo bien. Lo disfruté, me encantó alejarme
de la rutina: huí de la agobiante inercia laboral y emprendí un caminar a otro
ritmo, sin afanes, con tiempo para entretenerme con las nubes, para compartir
sin prisa con los que más quiero, para intentar entender el mundo —esto último no lo logré—.
Conocimos a Amalia. Visitamos a Natalí y la encontramos viviendo
el amor más grande de la vida con sus pequeñas. Definitivamente, aquel sinfín
de emociones y sentimientos que con frecuencia nos ponen de cabeza como mamás,
también nos llena de una fortaleza y una capacidad de amor inexplicable. Adoré conocer a Amalia, es sorprendente, por
decir lo menos, aferrada a la vida y llena de superpoderes.
Lluvias mil. Momentos del día a día bajo la lluvia. Aguaceros torrenciales, lloviznas ligeras, frío polar, abril se caracterizó meteorológicamente: causó estragos a lo ancho y reverdeció pastos a lo largo del país.
Primera imagen de un
agujero negro y creo que otros varios eventos científicos de
considerable importancia en todo el mundo. Katie Bouman, una científica extraordinaria,
creó un algoritmo que logró producir la primera imagen de un agujero negro.
Admirable.
Se
incendió Notredam. Recordé lo conmovida que estuve cuando la
conocí, aún sigo sin encontrar explicación.
Lo cierto es que entré y sentí unas intensas ganas de llorar, de la
nada, casi no lo puedo controlar. Casi veinte años desde aquel entonces y ahora casi desaparece en llamas.
Y así, como un suspiro, se fue abril. |