Embestida por la realidad
Hay cosas en la vida que son muy sencillas, llevarlas a cabo realmente no supone mayor complejidad. Un poco de atención, algunos números aquí, un par de palabras por allí y una revisión simple para terminar. No obstante, aquello que debiese ocurrir en un máximo de una semana, puede tomar meses. Trámites y más trámites en medio de la burocracia estatal y la incompetencia profesional de algunos a quienes poco o nada les importa el devenir de una tarea o proyecto y las víctimas a su paso. Así es, una pesadilla.
Me queda abrazarme a un árbol y esperar alienación astral.