Adrenalina cafetera
Nos encantó el vértigo, correr y girar.
Grandes momentos en el parque del café.
Diversión al cien de la mano del peque. Hace más de nueve años anduvimos
por allí pero fue bastante diferente. Esta vez, nos subimos a cuanto juego
pudimos. Las atracciones son las de siempre, pero la emoción del paisaje le da
un toque especial al lugar.
Claro, faltó mucho tiempo porque había
bastante gente y entre fila y fila se pasó el día. Aún así, el
parque fue el lugar de reír con mucha facilidad. Desde la montaña rusa, pasando
por la cumbre y el ciclón, hasta los botes chocones, disfrutamos con verdadera
emoción cada instante, nos mojamos y nos reímos un montón.