En una nube, a la deriva, se fue el finde
No hicimos mucho. Aún no puedo moverme como
quisiera, pero disfrutamos desde la quietud todo aquello que nos da placer. Nos
aferramos a la alegría que nos producen los recuerdos y construimos instantes
que perdurarán, así como la serenidad de estar juntos, compartiendo tardes
soleadas en la calma de lo cotidiano.