Olé, olé

Nuestro periplo ibérico en semana santa tuvo de todo. Emociones intensas, instantes de admiración, sorpresas varias, alguna decepción por ahí y un tanto de agobio y dolor también... Nada grave. Solo un virus desconocido que apareció, se instaló y echo a perder un poco de la aventura para la que íbamos preparados, sobre todo para el peque, quien más lo sintió. 

A pesar de todo, la suerte estuvo de nuestro lado. El clima, la buena onda de los españoles con quienes interactuamos y el despertar de los árboles en esta época, fueron regalos que valoramos y disfrutamos al máximo. Madrid, Toledo y San Lorenzo del Escorial nos permitieron tener una pincelada de lo que es España.  Aunque hace varios años estuve por allí, y quizá todo sigue igual, definitivamente la perspectiva en familia es diferente.  Me gustó, nos encantó, pasamos felices y esperamos volver.








Adoré el comienzo de la primavera. Encontrar tantos momentos repletos de color y luz, con esos cerezos y almendros que aparecían por ahí, fue de lo mejor. Me pareció estupendo el buen ambiente que sentimos, tanto en Madrid como en los pueblitos, a pesar de la cantidad de gente en plan turista, todo anduvo bien. Las callecitas, plazas, cientos de cafés, mercados y parques me encantaron. Me traería las aceitunas y la sangría, calidad superior. 
Prohibiría fumar en espacio público... Insoportable la cantidad de gente que anda con el cigarrillo a toda hora y en todo lado. 
Lamenté no poder entrar al Retiro... las circunstancias meteorológicas de los días anteriores a nuestra visita causaron tragedia y nos tocó parque cerrado, aun así anduvimos por otros sitios en los que también huimos del frenesí de la ciudad y nos aislamos en medio de flores y pájaros. 
Los pueblitos nos cautivaron, caminarlos de extremo a extremo estuvo bastante bien, escapar de las aglomeraciones y verlos desde sus puntos más altos fue sensacional.
Ah y el arte... Nos gustó pero nos aterró también. Es innegable el talento y asombrosa la precisión de las pinturas, pero recordar la historia trágica de manera tan explicita y oscura, abruma. El peque miraba asombrado tanta violencia representada en esos cuadros inmensos... lo que más llamaba su atención eran esas imágenes monstruosas en las que alguien estaba sufriendo. No sé.  

Y bueno, hasta aquí mi repaso sobre nuestras más recientes vivencias viajeras... Tengo varias fotos, por ahora algunas. 


  











   

























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