Verde y natural
Un domingo notable con un recorrido mágico, repleto de sonrisas y muchas sorpresas, en absoluta sintonía con la naturaleza.
Desde muy temprano disfrutamos un camino con mucha vida silvestre a nuestro alrededor... atravesamos el río por lo aires y tuvimos un reconfortante tentempié mañanero... falla que el café estuviera endulzado con panela, pero es lo típico en estas tierras; la arepita, eso sí, resultó insuperable... Después estuvimos listos para maravillamos con una preciosa vista del cañón. El asenso fue fascinante y la compañía estupenda, con tanto esfuerzo sentimos que no solo se activaron músculos sino también neuronas... Bueno, solo fue una caminata de 45 minutos, pero con la quietud de estos días, fue todo un desafío.
Un día de naturaleza y risas... Inesperado y maravilloso.
El peque, entusiasta y contento, y la abuelita, aventurera y arriesgada, fueron los protagonistas.