Mañana de viernes

Con aquellas intenciones de mejorar mi estado físico y procurar una vida saludable, y ante la imposibilidad de abandonar las delicias de la cocina y la panadería, he decidido aumentar mis caminatas diarias, pasar de ínfimos 5 minutos a al menos 30. Dado que tengo la fortuna de tener compañía hasta la oficina y me voy cómodamente en auto, el trayecto a pie que otrora implicaba el desplazamiento en transporte público, desapareció. Hoy, muy preparada con zapatillas y bloqueador (para el sol que aún no sale), decidí anticipar el destino y completarlo caminando.... ¡¡¡Horror!!! 
Esquivé basura en cantidades e incluso me espanté, al nivel de preinfarto, con un roedor de esos que solo había visto de lejos en el metro de NYC, realmente atravesé calles en estado lamentable... no todo fue tan terrible, pero no repetiré, hasta ahí llegaron mis intenciones, por lo menos de esa manera.  Llegar a territorio conocido (aquel que recorro a pie a diario) y comprarme el jugo de naranja de siempre, fue lo mejor. 
La ciudad está mal, muy deteriorada y no todo es culpa de pésimas administraciones, que también, pero definitivamente nos falta mucho sentido común, con eso avanzaríamos un montón, estoy segura.

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A diario. Episodios mínimos de lo que va de la semana.