Otro domingo parrillero

El de ayer fue un cálido y luminoso domingo sabanero, con un tanto menos de intensidad solar pero con una temperatura igualmente agradable. 
Disfrutábamos la tarde con un par de refrescantes vasos de agua de luyaba y todo transcurría normal, con el plan de siempre, salvo ligeros cambios en el menú y de repente un paso… uno profundo y pegajoso y hasta ahí fue limpieza. Primero uno por travesura, después el otro por diversión y si no nos cuidamos, terminamos todos enlodados. La casa de los sueños del peque quedo algo embarrada y la ropa dudo que vuelva a su estado original, pero salvo los rastros de tierra que por un tiempo permanecerán, el día estuvo de lo mejor, repleto de instantes que no querremos olvidar y la verdad, tampoco repetir… una vez y basta! Pero esas sonrisas de los peques las atesoraremos para siempre, eso sin duda!





Los principales en la morada Salazar-Báez

Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―