Días primaverales
Días felices, días de sol y cálida brisa. Disfrutando en familia el regalo del día del padre; aunque tarde, nada mejor que un paseíllo para festejar.
Recorridos alegres, saludando lugareños, amables y sonrientes sin excepción. Pausa para calmar el hambre con la mejor pizza jamás. Sin muchas pretensiones, encontramos un lugar insuperable al que quizá por su fachada no hubiéramos entrado nunca. En un patio interior, sin afán, viviendo literalmente aquello de la vida lenta, pasamos la mejor de las tardes, con muchas risas en el corazón.
El domingo, regalitos de la vida... De la mano, caminando y conversando; loma arriba encontramos otro lugar insospechado que mucho nos gustó. Un castillo con bastante historia, bonita pero con trágico final; cuidados jardines, fauna y flora para disfrutar.