Lo divertido que puede resultar un día de sol
Partimos de madrugada, cosa que nos permitió
ilusionarnos con una ciudad tranquila, en paz y armónica... La ligera luz del
amanecer hacía que todo se viera apacible y en orden. Si no conociéramos la
realidad de la city, podríamos pensar que vivir acá es casi perfecto... pero
bueno.
Salimos de Bogotá con los primeros pálidos y
escasos rayos de sol y después de un largo trayecto llegamos a nuestro
destino... felices de reencontrarnos con nuestro peque y justo a tiempo para
desayunar!!!
El
día transcurrió en calma, con el enano divirtiéndose un montón... aunque casi
colapso al ver los "golpes que le ha dado la vida", los rastros de
sus caídas no han afectado su ánimo y su alegría para nada, así que disfrutamos
de una jornada de auténtica diversión.