Breves instantes felices

El sol brilló una vez más en este finde sabanero que pasamos muy contentos sin grandes planes.  Un sábado tibio y soleado en el que disfrutamos la cotidianidad del campo y un rico almuerzo que se vuelve rutinario pero quizá por eso, encantador. Buena atención, rico vino, calma y serenidad muy cerca de casa... ideal! 
La felicidad de las pequeñas cosas y los riesgos que asumo a estas altura de la vida me hacen sonreír y divertirme como la que más.
Hoy de nuevo tuvimos sol y además de la fortuna de fijar vitaminas, recibimos una bonita visita que nos alegró el corazón.  La pequeña Violeta y la prima Caya están de paseo por estas tierras, así que con un desayuno tardío y un par de juegos, tuvimos una jornada estupenda, corta, pero repleta de risas.   




 






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―denota negación―