Destino diversión
Todo un clásico, imposible no saludar a Mickey y
recorrer las terroríficas calles de Potter. Aunque en mi visita pasada a
parques creí que no repetiría, la ilusión de los peques me contagió por
completo y al llegar fui una más... más que cualquiera, creo, disfrutando por
lo alto cada atracción, sin importar filas y algo de calor.
El plan fue el típico, pero para nosotros fueron un
par de días dulces, sencillos y sabrosos... riendo hasta que cayera el sol.
Las lágrimas de terror no estuvieron ausentes, pero serían las únicas y
fueron pasajeras, por lo demás, hasta en la Hollywood
Rip Ride Rockit anduvimos, bien mezcladitos quedamos,
pero sobrevivimos... yo, con ojo abierto y todo, incluso casi canto... pero
solo se oyeron los gritos de emoción.