sábado, 6 de agosto de 2016

Bogotaneando

Celebramos el cumple de la city con un paseo por la Candelaria.  
Como siempre, cuando tengo ideas originales y asombrosas no soy la única, parece que mi mente se sincroniza con la de otros cientos y al tiempo nos movemos hacia el mismo lado.  Claro, cuando pensé en el plan del día, ignoraba que había algo que celebrar hoy, quizá por eso la multitud en el centro, o tal vez es así todo el tiempo y no lo sé. La cuestión es que pese a la poca exclusividad, fue un ¡súper plan!

El destino principal fue el Colón. Un lugar maravilloso al que habíamos ido solo como espectadores y en realidad merece la pena un recorrido guiado. Pisar el escenario, ver en detalle los frescos y lámparas, conocer sus ventanas a la historia y cómo lo han conservado, es bastante entretenido y enriquecedor. Entre técnicos, luces, bomba de humo, preparación de una pedida de mano y una guía de lujo, pasamos un rato de maravilla. Creo que el teatro es un lugar increíblemente bonito y lleno de magia.













Cuando el hambre asomó, partimos en busca de almuerzo y, siguiendo recomendaciones instagrameras, encontramos el mejor... bueno, sin exagerar, pero nos gustó bastante.  Una pizza muy rica y un ambiente estupendo.  Música, decoración y atención sin igual.









Y por supuesto, ya entrados en gastos, cómo no darnos una vueltecilla por la plaza, multitud, alegría y palomas por doquier.

Finalmente, como un sábado sin flores no es tal, antes de llegar a casa, observando y descubriendo, algunos pétalos quedaron registrados. Así pasamos un día primaveral, de cielo azul y muy familiar. 







Suceso reciente

La caída

Se lanza. No grita. No es necesario. El viento no le devuelve ningún sonido. El vacío es limpio. Preciso. Sin enseñanza. Se lanza porque en ...