Un recorrido arbitrario
El misterio en la mirada.
El deseo que empieza por la fantasía.
El halo de un enigma por descubrir.
Las burbujas que chisporrotean en una copa de vino.
Un prontuario amoroso difícil de adivinar.
La circulación de gente joven que aporta brillo.
En una distancia corta, mucho por encontrar.
Una revisión de la vida propia.
Un paseo por esas cuadras que se vuelven
multitudinarias
a medida que se acercan al centro.
Domingo de pueblo.
Lo recuerdo de antes: todos vestidos con sus
mejores ropas.
Todos iban a dar la vuelta, a encontrarse.
Ha cambiado un tanto.
Pero mantiene un tono de vitalidad.
Un carácter festivo.
Hay un ritmo constante en el aire,
una espera sin prisa,
una tregua que invita a mirar sin apuro,
y a quedarse un momento más.
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