Casi nada
El finde es un tiempo líquido
cada hora avanza a su propio ritmo,
tiene su propio pulso.
Las horas, caprichosas, vuelan;
a veces se disuelven en la nada.
Así que, sin darme mucha cuenta…
se acaba.
Cuando lo estoy pasando bien —genial—
todo se vuelve un ratito.
Y no da tiempo a mucho —
a casi nada.
Me queda el paseo del día,
por el jardín y su poesía,
donde lo mínimo me habla,
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