Domingo urbano

Salimos preparados para la lluvia, pero resulta que nos tocó día con sol, despejado, con el cielo más cerca. Nos fuimos de matiné con el joven a ver una peli del ciclo de clásicos en la Cinemateca. Una con personajes oscuros y retorcidos, una del siglo pasado. El plan anduvo de maravilla. Desde el trayecto en transmi, en el que la ruta cambió, pero fui llenándola de recuerdos, paisajes y caras del ayer mientras le contaba al chiqui cada uno de los sitios emblemáticos que le he repetido ya varias veces, pero de los que poco se acuerda. Escenas lejanas que me envuelven en ese recorrido tan repetido, el retorno de las experiencias y aventuras de mi  día a día hace algún tiempo...  avanzamos entre la sorpresa del presente, con la calle rota por el metro que algún día tendremos, los flashazos del pasado y le sumamos algo del futuro que asoma. Caminamos el centro, de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. Nos entretuvimos, tomamos cafecito, conversamos y almorzamos rico en un restaurante que no conocíamos. Nos mezclamos entre la masa que andaba viendo a los ciclistas que se tomaron la city. Todo muy folclórico y bonito. El azul brillante hace que los cerros también se sientan más cerca  y que el centro se vea más lindo. Bogotá es la suma de capas y capas, gentes, mundos. Es multicolor y está llena de matices que confirman que la vida está repleta de contrastes, es conmovedora y preciosa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Somos encuentro

Y un día ya puedes conducir

A un ritmo distinto