Andaduras

Caminar hasta donde se acaben las cosas, los lugares, las ideas... hasta siempre. Como oscilar, dudar, cuestionar... para escribir, para crear mundos, para llegar.


Luego de una profunda noche de descanso reparador, una lluvia nocturna, desayuno colorido y nutritivo y después de unos minutos subiendo por la montaña, cerca de los inmensos árboles del camino, decidí detenerme. Paré a contemplar la vista, es poderosa, me gusta siempre, en especial ahora que ha reverdecido todo. Dar una mirada al entorno me sirve de reconciliación con la realidad turbulenta de la cotidianidad urbana. Es tan maravilloso que me conmueve y me mantiene serena. Tengo varias cosas que no me gusta hacer, no me gustan para nada, otras me agotan, algunas más me ponen de mal genio, me aburren, pero sé que no todo puede ser estupendo y que el malestar es parte de la vida y que me lo tengo que aguantar no más, ideal si lo puedo evitar, pero no siempre pasa. Lo pienso mientras respiro profundamente y agradezco mi suerte, mi vida convencional con sus problemas manejables, su ritmo, sin prisas. Seguiré rebelde, aunque ya esté bastante domesticada… y seguiré también creyendo que mirar más allá es la única perspectiva aceptable.




Comentarios

Entradas populares de este blog

Somos encuentro

Y un día ya puedes conducir

A un ritmo distinto