Actualización de estado
Activarme un poco. Por fin
otra vez en ruta... se van los días y se acortan los pasos por una y mil
razones, entre ellas porque me invade la pereza cuando no estoy tan cómoda como
me gusta, cuando no tengo tiempo suficiente, cuando tengo que ir a la oficina…
muchos cuandos. Tratando de encontrar otro horizonte, después de dejar al joven
en el cole cambié el camino de regreso y estuvo bien. Aceleré el paso, anduve
casi en marcha imperial, casi troté. A veces me desafío y me gusta. Otras solo
me canso. La cuestión es que, durante una hora, quizá más, descubrí callejones,
subí sillas de parque, me colgué de una que otra barra, me apropié de algunas
máquinas urbanas. Impulso, giros, pedalear, saltos, toda una ironwoman que se
pasa de intrépida. Sin embargo, apenas superada la dolorosa experiencia del
viernes aquel cuando quedé atrapada a medias en un bus que quería arrancar con
mi pierna apretada en su puerta trasera, he vuelto al cuerpo herido. Me resbalé
llegando a la casa y me caí, sí, otra vez. La torpeza entra en escena
nuevamente y protagoniza mis recorridos. Qué horror. Saberse un ser imperfecto
no es suficiente para aceptar con facilidad mordidas, caídas, y demás. Nada
grave, claro, todavía tengo reflejos, de modo que siempre hacia adelante.
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