Olvidos

A veces, últimamente, tengo sueños múltiples en una misma noche. Me oigo llorar, me río, hablo, creo hablar, y abro los ojos. Tras el despertar no tan despierto, sin mucha consciencia, se me olvida todo, muy rápido. La fantasía nocturna queda atrás antes de fijarse en el cerebro y, por supuesto, muchísimo antes de convertirse en palabra. Queda solo la sensación de haber pasado por un montón de cosas. Algo permanece, queda sonando solo en mi cabeza, pero parece ser un run run nada más. 

Así, run run como los recuerdos, esos que cambian cada vez que se rememoran. Eso dicen al menos, se acomodan al momento. Tal vez es así, pero, también últimamente, han venido a mi mente los juegos de infancia. Decir adiós a la gente desde la silla trasera del auto era divertidísimo, obtener respuesta de algún conductor o pasajero era insuperable, las risas estallaban con la bobada. La memoria suaviza o refuerza lo vivido y es posible que a casi todo le ponga más color del que seguramente tuvo, pero evocar episodios de niña riendo a carcajadas es de mis recuerdos favoritos.

Sucesos populares

Cierta tristeza

Sin rumbo fijo

A diario. Episodios mínimos de lo que va de la semana.