Ni más, ni menos.

Tener muchos sueños en una noche larga. Despertar con el canto melódico de los pájaros. Hacer larga sobremesa al desayuno. Volver a la cama. Rendirme ante el intenso antojo de permanecer tendida. Cambiar de planes. Otra vez un domingo perezoso.

Disfrutar la mañana convencida de que no es para tanto saltarme otro recorrido a la montaña. Recordar los paseos que hemos hecho y planear los que quiero hacer. Sumergirme en fotos de hace años, algunas imágenes lejanas y otras no tanto. Leer el enigma de la poesía. Hacer reír al joven.

Salir del letargo y partir en busca del almuerzo. Instalarnos en una mesa en el jardín bajo el sol. Comer lo que nos gusta. Conversar. Preguntar. Reírnos. 

Ir por un intento de renovación de piel, exfoliación, unificación de tono, quizá algo más. Calentarme en medio del calor con un agua de hierbas. Volver a la poesía. Encontrar el encanto de las palabras otra vez. Pasear por el jardín. Profundizar la mirada. Ver la tarde. Partir.


Sucesos populares

Cierta tristeza

Sin rumbo fijo

A diario. Episodios mínimos de lo que va de la semana.