Comimos y bebimos
En este mes de cielos cambiantes volvió la reunión familiar, algunas veces todo confluye y reaparece el sentido, aunque no nos encontramos todos. Sin mucho preparar, sin demasiada expectativa, pero con mucha ilusión dimos paso a la alegría del encuentro.
Un sábado por todo lo alto. Repetimos menú y en medio
de la sencillez de nuestras fiestas no tuvimos más que brindis, risas y juegos.
No es necesario nada más, claro. Fue una tarde alegre, colorida y divertida, en
la que disfrutamos todo un fiestón con el toque Guevara. La vida ya no es un
juego, pero en la vida sí se juega y sin perder instante tuvimos olimpiadas con
equipo ganador. Unos soplando más fuerte
que otros, algunos con puntería y agilidad, todos con ganas de participar y
ganar.
En medio de las conversaciones comencé a prestar atención a lo que tenía alrededor. Me di cuenta de que el paisaje ha cambiado, hemos “crecido”, nos ponemos viejos, somos más, pero mantenemos la esencia, estamos igualmente reconocibles y estupendos.