Al filo de las vacaciones

Sábado de sol con cielo sin nubes. Volver al verde. Sentir calor. Tomar rosè.

Y

En un momento nos convencemos de que nunca seremos como todos, y que eso de las autofotos es un aburrimiento. Pero entonces aparece la luz, se ponen rojos los cachetes, y con el celular a punto de apagarse, empezamos a jugar. Hablo en plural porque me acompañó Charlotte, pero ella con mas criterio que yo, decidió alejarse de la cámara y no dejar evidencia de la ridiculez, de las imperfecciones, los recovecos del cuerpo, las memorias de las sombras y el negro en las imágenes. Quién iba a imaginar que en vísperas de Navidad me iba a dedicar a dejar registro de una mujer de cuarenta y muchos que no ha dormido bien últimamente. Habrá sido un asunto de emoción y sobriedad ligera, supongo.

Y

Con el sol intenso del día llegaron también viejos y nostálgicos recuerdos de nuestras típicas vacaciones boyacenses en las que con ansias e ilusión infantil esperábamos la nochebuena. Poco queda de aquello. Muy atrás en el tiempo están las carreras por descubrir regalos y pocas ganas hay ahora de comprarlos. Sin embargo, aún me entusiasman las luces, los villancicos y los buñuelos. De hecho me sigue gustando mucho esta época, pero creo que la mejor decisión ha sido pasar de comprar y empacar regalos.

Y

Me encantó el menú de hoy. Lomo saltado, por fin con salsa de ostras y ají deshidratado que ayudé a cortar, arroz bien graneado y al dente y ensalada de aguacate. Una delicia, verdadera explosión de sabores con helado de mango de postre. De sobremesa tomé el café en la terraza. Me concentré en el reflejo del sombrero en la taza. No sé porque me evado del mundo con el café, medito, despejo la mente con el humo, encuentro terreno fértil para liberar la imaginación y el pensamiento.

Y

Con IA organizamos un poco del itinerario vacacional durante la tarde. Generalmente nos sorprende la espontaneidad y poco rigurosos somos con los imperdibles en los destinos que escogemos, pero daremos cabida a las sugerencias de ChatGPT, o no, quizá sólo sea una guía que ignoremos… ya veremos.

Y

Cuando caía la tarde salí a dar vuelta al jardín. Encontré tórtolas queriéndose y flores brillantes. Y al comenzar la noche juntos, tranquilos y contentos partimos al pueblo a ver el alumbrado. Ojalá se repitan los diciembres con luna y estrellas. No hay dicha más grande que estar por acá en paz, bueno si, mejor con la familia completa, pero esta vez nos tocará celebración minúscula.


Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―