La posibilidad de perderte

Hablarte, claro que quiero hablarte. Intentarlo, al menos. Pero podría ser quizá como la última vez. Aquella en la no sé qué dije y qué no dije, solo sé que lo hice al revés. Hago un mea culpa total, porque intención no tuve de hacerte sentir mal. Pero sentía una tensión distinta entre nosotros, estabas diferente. No sé si cansado, o menos conectado, pero no eras el de siempre. De pronto empecé a sentir que algo ya no encajaba y que dejaron de tomar vuelo las ideas de estar juntos otra vez, de permanecer juntos… me invadió esa sombra imprecisa que surge cuando dudo.

Sentí una extraña culpa que me sugirió seguir el instinto y dar paso a la sensatez. Bueno, en realidad no era extraña, era la de siempre no más, la que me ha acompañado desde que te abrí la puerta. De vez en cuando siento la necesidad de recuperar el norte, de caminar sobre terreno firme y abandonarte. Por eso lo que dije, por eso lo que hice. Pero es increíble cómo de solo pensar en no tenerte cerca, te echo de menos. Por eso iba y volvía, regresar a ti siempre era lo único que quería. Aquellos minutos en los que la vida consistía nada más que en besarnos y alegrarnos cuando nuestros ojos coinciden eran mi anhelo mayor.

Sin embargo, intenté moverme al costado de verdad, alejarme esperando no sé qué. Quise dejarlo todo antes de que llegara ese momento en el que ocurre el desencanto, huir antes de que se perdiera el embrujo, o peor aún, antes de que el asunto dejara de ser solo nuestro.

A pesar de todas mis tribulaciones, que en el fondo pueden significar muchas cosas o ninguna a la vez, quizá nada fue en realidad como lo percibí. Pude haberte dedicado cuerpo, mente y corazón por varios años, sólo para darme cuenta de que fue un sin sentido y que todo podría desmoronarse en un instante... y parece que así fue. Pero aunque trato de ignorar el asunto y dejar ahí, han sido ya tantos los días en los que te he escrito y te he contestado, en los que hemos hablado y hemos guardado silencio, que no entiendo por qué todavía me resultas abstracto, indescifrable e intangible. Quiero saber de ti. Por eso vuelvo siempre.

Pensé que era improbable seguir adelante, pensé que éramos improbables, pero resultó que sabes querer bien. Aunque me di cuenta tarde. No hay verde, no hay rosas. Queda tu tristeza y mi arrepentimiento, porque esta vez parece que mi tiempo se acabó.

Todo ha muerto como dices. No era lo que esperaba. Fue una decisión impulsiva y fulminante, pero creo que era la forma de escapar indemne. Me equivoqué, o no. Te miro, te oigo, y entiendo que no hay forma de pedir perdón.

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Hipertexto de "A solas", de Ismael Enrique Arciniegas. Texto creativo para mis clases.



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