Un sin fin de vidas sucediendo

 Hoy vi mucha gente. Me moví en transmi, caminé, anduve de un lado a otro. Fui a capacitación para jurado de votación. Otra vez elecciones. Locales. Aún no me recupero de las últimas. La promesa de un país nuevo y tal vez más equitativo apareció como una cura para todos los problemas, sin embargo, no ha habido tal. Nada es fácil, esto ha sido más complejo de lo que se esperaba. El futuro luce más confuso, sobrecogedor y aterrador que emocionante, pero habrá que mantener la ilusión, la sigo protegiendo. Entre tanto, gente y más gente en la calle, gente valiente, cada uno se las arregla como puede… unos cantan, otros piden, muchos venden de esto y aquello, algunos más limpian vidrios y, según dicen, muchos otros, roban. Es la vida en esta ciudad caótica.



Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―