La convicción del final
Lo que fuimos, lo que somos ahora, a lo mejor, no existirá dentro de unos meses. Tantos recuerdos agazapados, dando vueltas por ahí. ¿Se puede huir del sentimiento? ¿Es posible olvidar lo vivido, abandonar la curiosidad por lo que podría ser, dejar de imaginar la vida con la emoción que un día generó el placer? Quizá no. Ojalá que no. Sería insoportable. El aire correrá a través de aquello, con el vivo deseo de que siga sucediendo, se sienta despacio, se piense en calma, deje de ser inexplicable. No sé qué más pensar. Ni sé qué más decir. Y aunque no logro dimensionar qué tan profundos serán los estragos de la distancia, te quedas con un trozo de mi corazón y no sé cuándo, ni cómo, pero confío que algún día podré volver por él. No diré nada más, quizá ya lo he dicho todo.
Comentarios
Publicar un comentario