Fragmentario

A veces me permito no hacer nada, muchas veces tal vez. En ocasiones me tomo el café en la cama y retraso la hora de comenzar la jornada. Ocasionalmente no la empiezo.

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Anoche llovió mucho, el sonido del agua cayendo con fuerza me relajo, casi como si de una lluvia serena se tratara. Sentir que la naturaleza es tan intensa suaviza mis enredos mentales, son nada en perspectiva.

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Un lunes de novedad, otro de frustración, ya parece un patrón. Estoy pensando en que voy a pasar de los lunes. Un viernes de emoción, otro de diversión, y así. Me voy a quedar a vivir en los viernes.

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Receso. El buen vivir. El placer de existir rodeada de verde. La suerte de una pausa a medias, trabajando, pero en la distancia, un regalo. Quisiera más tiempo libre, bueno, tiempo libre, pero la suerte me acompaña.  Conozco personas interesantes, están lejos, pero me entusiasma compartir intereses comunes con gente tan diversa. Me aburren ya los informes, los proyectos, los indicadores, un giro en las actividades del día es un destello luminoso.




Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―