Vorágine

Te acercas y siento que pierdo un poco el control, como si mi cuerpo no fuese mío. Tu mirada indiscreta hace que sonría cuando nadie lo entiende y cuando aparentemente no hay razón para ello. No puedo compartir el motivo de la sonrisa, del cosquilleo, mantenerlo en secreto es un desafío intenso. Me desestabiliza y me mantiene eufórica. Por eso me complica alejarme, dejarte es la opción sensata, quedarme y continuar descubriendo tu naturaleza inquietante, seguirte el juego, es lo mas tentador.

Te dejé entrar y sin saber nada, todo me ha ido sorprendiendo, la sensación de extrañeza y perplejidad me envuelve todo el tiempo y, aunque desconozco la mecánica de tu cerebro masculino, parece que a veces, además de desearme, me quieres y otras, me prefieres lejos. No todo ha sido brillo luminoso, claro.



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