Viernes otra vez

Instantes recientes de la semana que termina… esos que en breve formarán parte del pasado. 

Empezar semana, después de festivo, con cielo despejado, fue el preámbulo de unos días laborales sin tanta intensidad, de escasas, pero necesarias caminatas, también de noticias turbias y enrarecidas en el panorama nacional. No sé por qué me sigo sorprendiendo, pero lo hago, no me acostumbro todavía al caos. Períodos muy fugaces parecen estar en un orden aparente, me lo creo y a veces funciona, pero es una ilusión y nada más.

En fin, sea como fuere, la semana tuvo ciclovia nocturna y también dos noches en las que el placer de sentarse a la mesa en buena compañía se convirtió en una forma de celebración de la vida. En medio de la trepidación vital, hicimos pausa para un par de encuentros bonitos, de conversaciones divertidas, de actualización con amigos de esos que aligeran la existencia y que son pa´toalavida.

Somos jóvenes ligeramente arrugados y un tanto canosos, pero tremendamente regios. Se vale quererse mucho, ¿no?

 

Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―