Suesca

Primer lunes del año, un día con el susurro de las hojas crujientes y una sutil brisa en las sombras, sintiendo la serenidad de estar a un paso, sin involucrarme, sintiéndome feliz de saberlos juntos, con la emoción de estar cerca oyendo su conversación y sus risas cómplices. Qué bonito y qué suerte comenzar así. 

Y cómo tenemos unos días para desconectar del mundo, sin mucho pensarlo, a media mañana estuve lista, cómoda, ligera y oliendo a flor de cereza -o, en palabras de mi hijo, apestando a perfume… él siempre tan sutil- para partir de paseo sabanero.

Intentamos parque del río, pero estaba cerrado, así que cambiamos por rocas… y estuvo divertido. Comimos una deliciosa pizza española, subimos la montaña, anduvimos por la carrilera. Todo bien salvo por la música malsonante y ruidosa de otros visitantes. No entiendo, perturban y ni se inmutan… Qué pesadilla, pero bueno, es lo que hay, es el turismo democrático… Pff.






Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―