Finde de lujo

Sábado fantástico que comenzó con desayuno frugal y colorido y amanecer despejado, ideal para un recorrido mañanero que me llevó hasta las antenas.  Una vez más, rodeada de mariposas y envuelta en nubes, llegué a la cima, a buen ritmo y maravillada con el panorama.  Entre el azul intenso, el verde brillante y el resplandor de la laguna, tuve una jornada sin igual. Regresar a casa y encontrar un almuerzo contundente y mucha fruta, fue el final perfecto para un recorrido que alcanzó los 26 kilómetros.  La tarde anduvo de tomar sol y conversar mucho, planes y risas relajadas.

Y hoy, hoy volvimos a los ataques de risa que provocan las cosquillas... una mañana de guerra de almohadas y desorden en la cama. Puro, inmenso y absoluto amor. También tuvimos algo de caos un rato en la terraza, perdí mi puesto en la colchoneta. 

Tuvimos así un finde estupendo, con la tranquilidad de haber superado la cesantía del mes, esa que me amarga un poco. Una parte de mi estaba cansada de esperar… así que ahora que las cosas se componen, veré a través de mis lentes rosa. Qué más da que no todo sea ideal, sobreviviré cuando el trabajo tedioso e inútil arribe y aprovecharé cuando haya algo que aprender y aportar.

Terminan ya este par de días que adoré y disfruté con todo aquello que amo repetir.




 

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Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―