Vida de campo
La belleza cotidiana. Amaneció desde la nada como cada día cuando todo brilla y se renueva. Me gusta regresar al verde y recordar el esplendor del campo. Salgo temprano y está todavía la luna con el buenos días, aunque de ayer a hoy está más pequeña. Ahora, en el cielo azul intenso, en el ambiente alegría y exaltación y los pájaros cantando. Así desperté y por un instante con el cielo despejado miro nuestra casita, blanca, sencilla y reluciente bajo el pálido sol sabanero y me gusta.
Ayer la tarde terminó en soledad con un frío intenso venido de no sé dónde, trajo su lluvia torrencial y se apoderó de estas tierras. En realidad sentí el frío del final de domingo, oí los truenos que presagiaban tormenta y creo que la lluvia la soñé… no hay rastros. Solo encuentro señales de un intento desesperado por dormir y de una batalla infructuosa contra un cucarrón a medianoche.