Una copa de vino aplazada
Con entusiasmo hacemos plan y
celebramos la vida. Nos reencontramos, nos abrazamos, otra vez las sonrisas,
redescubrimos el valor de aquellos instantes y todo cobra sentido después de un
tiempo sin vernos. Por momentos volvemos al ayer, a las mañanas infinitas del
colegio, sin prisas, son los hechizos del tiempo, el potencial de los
recuerdos.