Domingueando

Sensaciones de plenitud, refugio e intimidad. Nuestra casita y una crujiente pizza parrillera en la terraza. Compartir primero junto a la parrilla para pasar luego a la mesa y compartir lo mucho o poco en la vida reciente. Bromas, ocurrencias, indignación y amor, claro. Tranquilidad, tal vez felicidad, estando a gusto entre las plantas, su verde intenso y una copa de vino aromático. 

La de hoy fue una jornada sencilla, disfrutando lo cotidiano después de la tormenta apocalíptica de anoche, en la que el vuelo de un colibrí hizo que soñara súper bonito…. Así, con nuestras rutinas de fin de semana que sientan divinamente.


Fue apresurado e improvisado, pero de más sabemos que la vida es corta. Hay que exprimir los instantes felices y sacar el jugo posible, quizá por eso anduvimos contentos en un día de poco sol, al aire libre, rodeados de flores.







Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―