De repente sale sol y todo es color
Las obsesiones de sábado rural. Primero flores, después nubes. Fijo la mirada en ellas. Contemplarlas es mi forma de reconciliarme con el mundo después de una semana agitada en la que me detuve más de lo necesario en las noticias, desconcertante, y no, no hay para qué…Mejor respirar profundo y tratar de no pensar en nada más allá de lo que se ve. Es una suerte estar por acá. Una vez más nos gustó ver pasar la mañana con una copa de fresas bañadas en Lambrusco.
La tarde se fue deprisa, pero pasó bonita… En ocasiones siento que
escuchar mi respiración es suficiente. Me siento segura, tranquila y en paz.
Si. La noche llegó despejada y trajo estrellas luminosas. A ratos brilló un
pedacito de luna y con unas copas de vino despedimos un día más.
Hoy salí al alba, justo antes de que apareciera el sol para no
perderme sus colores, adoro la inmensidad del amanecer. Partí muy temprano a la
montaña, tuve un recorrido de lujo. Primero la neblina, después cielo
despejado, hilos de agua a cada lado del camino, pájaro cantantes, todo
brillaba y se veía absolutamente lindo. La llegada al páramo fue maravillosa.
Hacia bastante no estaba despejado, hoy estuve sobre las nubes y vi el cerro
verde resplandeciente. Me encantó.
De regreso hice pausa en la laguna desde una pequeña colina que
tenía una vista estupenda. Tuvimos almuerzo en compañía y tarde de celebración
con amigos. Terminamos así un finde tranquilo, colorido, todo anduvo tan bien
que hasta el regreso a la City fluyó.