Conversaciones internas
En los recorridos que hago a diario mi cerebro murmura dudas, uno que otro miedo y un montón de sueños e ilusiones. También me pone en plan actriz, protagonista y todo, y en una completa aventura de la imaginación me sorprende con historias que ya quisiera cualquier guionista... Lo malo es que me juega la peor de las pasadas y hace que me olvide rápido del asunto, me distrae con cualquier hoja al viento.
Instantes quedan grabados de forma indeleble y generan
desencanto, una sensación de sinsabor que incendia por dentro y transforma. Se
materializa así una especie de violencia que se asoma en palabras o en
gestos... es la frustración de no conseguir lo que se quiere.
Me he rendido a tentaciones mundanas, las más básicas incluso, y
aunque ansío ser una persona evolucionada, reconozco mi humanidad y las
limitaciones que ello implica, estoy a años luz de la perfección o la santidad.
La vida trae consigo una cantidad de situaciones que a veces agobian y no
siempre logro gestionarlas de la mejor manera.