Retazos de esta semana

Lunes. Tomando fotos por el mismo campo, en búsqueda constante. Me gusta encuadrar flores. Las veo a distancia, su color borroso. Las enfoco, quedan para la posteridad. Adoro la sabana y sus paisajes, me gusta su verde.

Martes. Ejercicio para comenzar el día, saltar y saltar, con la mirada en el horizonte estiro cada músculo del cuerpo, levanto poco peso, pero cada vez hago más repeticiones… empieza a gustarme. En la tarde volvimos a la city. Vi inmigrantes en el trayecto. Imagino su viaje hasta acá, su soledad, su miseria, sus ganas de volver. Somos frágiles, pero algo tenemos de inquebrantables.

Miércoles. Un largo entretanto entre dos gobiernos crea el ambiente propicio para vaguear y no hacer mucho, pero las decisiones del país alguien las tiene que tomar, así que aunque no seamos nosotros, nos reunimos para abonar terreno. Retomar actividades en la oficina con sus asuntos, sus tiempos muertos, sus risas, el café malo, el almuerzo compartido, cosillas que trae la presencialidad, es aburrido ir, pero igual tiene un punto intersante.

Jueves. Homeoffice otra vez. En casa sin prisas, por los alrededores del barrio de nuevo, un poco más allá también. El día entre la limpieza de archivos del compu que ya no da más, tareas varias, compras con el joven, risas.

Hoy. Mientras la temperatura del planeta sube, parece que el afán desesperado con su avanzar ruidoso y caótico ha dado un poco de tregua en la oficina. Se siente calma, un poco tensa, pero calma al fin. Pensamos ahora en transferencia energética, reindustrialización, uso de excedentes de petróleo, habrá que trabajar para resolver complejidades, todo suena bien, necesario, pero hay que empezar, dejando la miopia de lado. Hasta ahora así... veremos qué trae la tarde, qué viene el finde.

 

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Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―