Reposado y apacible

 Caluroso también. Así el finde. Una oportunidad de contemplar paisajes diferentes y celebrar otro año de amor. Un paseíllo cerca que resultó un lujo a todo color. Un par de días cubiertos de emociones, atenciones y abrazos, con dosis extra de belleza bajo un cielo azul. Cambia el acento ligeramente, también el olor, vemos otros árboles… es el trópico y sus bondades.

Después de llenarnos de calor, de comer delicias de la zona, atravesar puentes, subir y bajar por calles repletas de pasado, de un ayer que parece haber sido fascinante al lado del río, regresamos con el corazón contento, un tanto dorados y también ligeramente picados. Esas pequeñas cosas. Vivir y sentir este país, sus caminos y su gente, en plan relajado, nos va llenando de lugares, momentos y recuerdos que no quiero que se escapen, por eso quedan por acá.

Pd. Volveremos por empanadas de plátano maduro con lechona tolimense.


















Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―