Miércoles capitalino

Tengo sueños, a veces con tintes melodramáticos.  Otros de intolerables indiscreciones de mi parte.  Algunos más de encuentros, despedidas, celebraciones.   En otros hay luna llena y abrazos. Creo que han sido tres o cuatro noches en las que veo personajes en una especie de inmovilidad perpetua, movidos como marionetas, los conozco, creo. Anoche la atmósfera helada del páramo y el inmisericorde frío sabanero me congelaron, en el cerro contenta y yerta, extraño. Además, el viento intenso y las nubes oscuras me rodearon, pero no tuve miedo, parecía tranquila. En fin, parece que ha sido una suma de lo que ocurre en mi vida 1.0 tergiversada con algo de caos y atardeceres coloridos.

Eso, solo un instante en el que me fijo en transeúntes, algunos como zombis, tristes tal vez, no sé, con la mirada perdida, otros más que veo elocuentes, contando por ahí alguna anécdota y mientras tanto me elevo y recuerdo mis historias de las últimas noches. La pausa de sobremesa.

Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―