Brevísimas de martes

Un rato de ansiedad nocturna porque, curiosamente, siempre que me arriesgo un tanto durante el día, por mínimo que sea, no proceso la sensación en el momento en que ocurre sino cuando empiezo a quedarme dormida.  Cuando ya sé que nada puede suceder, justo ahí, se apodera de mi un poco de miedo.  La noche del domingo no fue la excepción.

Ayer pensé en terminar contrato, otra vez, incertidumbre laboral, de nuevo. Todo es un sinsentido, pero me tranquilizo, porque también esto pasará. Supongo.

Hoy, en medio del cerro. En mitad de la nada. El sonido de la naturaleza. La vida. Absolutamente hipnotizante. Mañana me espera la ciudad.


Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―